Cualquier paciente adulto que con el deseo de mejorar el aspecto de su nariz es un candidato adecuado para realizarse rinoplastia, siempre y cuando en la valoración médica se determine que no existe un riesgo adicional. Por ejemplo: enfermedades que presente y medicamentos que reciba, que puedan contraindicar la cirugía.
La autoestima también es un factor importante que se mide previo a la cirugía. Una investigación realizada por Juan Pablo Gutiérrez en la universidad de Guayaquil en Ecuador, determinó que “se demostró una mejora en los niveles de autoestima en los pacientes sometidos a rinoplastia en un 69% de los casos”.
Incluso, la cirugía de nariz se puede realizar en menores de edad, que tengan al menos 15 años, pues ya el crecimiento facial está completo. Es importante aclarar que en estos casos el consentimiento de ambos padres es imprescindible.
La rinoplastia puede tener solamente objetivos estéticos, pero también puede tratar problemas funcionales del tabique nasal (septorrinoplastia) y los cornetes (turbinoplastia).
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